miércoles, 19 de mayo de 2010

Genesis de Cronic@s femeninas

CRÓNICAS FEMENIN@S

GÉNESIS

Cuando se asume la responsabilidad de escribir, propia del reto de comunicar, es indispensable un génesis, un “on”, un inicio; aquello que explique el origen de la inspiración. Es igualmente imprescindible, levantar un tanto el velo del comunicador, aquel autor aficionado que decidió asumir el gran desafío de escribir para una ciudad, un país y un mundo sin hábito de lectura, pero con una curiosidad que se pierde de vista. Ese autor que soy yo y que son ustedes a través de mí pone en funcionamiento la fábrica de los pensamientos, los estampa al oprimir cada tecla y el producto pretende exhibirse sin científicas explicaciones en cada memoria para así, penetrar el mercado en cada reflexión.

Es por ello, que en tributo de lo anterior, me permito sin reglas ni patrones transmitir a mis amigos y a los amigos de mis amigos y a quienes tomen la decisión de leerme de aquí en adelante, el génesis de esta aventura… los invito a formar parte de este mundo, de estas líneas, de éstos personajes, de ésta vida ¡que puede ser la suya, la mía, la nuestra o simplemente la de aquellos!

Todo comenzó de siempre porque siempre estuvo ahí esperando ser descubierta, nació conmigo, vive y respira en cada uno de mis poros y se llama “INSPIRACIÓN”… cuando la descubrí disfrutaba de niña de una novela escrita por dos venezolanos que para mi son “IMPOSIBLES”. Me refiero a Leonardo Padrón y César Miguel Rondón. La novela: “KAINA”, en mi opinión la conjugación perfecta de dos plumas, la de un poeta y un escritor. Lo cierto es, que desde entonces decidí que algún día iba a escribir algo sobre lo que quisiera, sobre lo que me apasionara y referente a todo aquello que al observar me ha dejado una interrogante y la inconformidad de una insatisfactoria respuesta, pues para el ser humano lo seguro y cierto casi nunca satisface. Tanto es así, que el proceso de indagar, de averiguar y desentrañar nos brinda gran placer. Ineludiblemente es excitante la incógnita.

Es así como fueron transcurriendo los años y me fue invadiendo la madurez, las experiencias y hasta las ocurrencias hasta que cumplí los 2… (No tiene importancia) entonces me di cuenta que no había vivido 2… años sino 4… (Tampoco vale la pena ser tan precisos) entonces decidí de una vez por todas soltar el único miedo que poseía “ miedo al rechazo” y lanzarme sin paracaídas a la osadía de escribir sin titulo ni academia para ustedes y con ustedes, principalmente sobre la fuente de las feromonas “la feminidad” y digo feminidad y no mujeres porque en mi opinión la feminidad habita en ambos géneros igual que la masculinidad sólo que con mayor intuición y menos sentido común. ¿O no?

No pretendo construir una historia sin fin, mi objetivo es comunicar que las realidades no son únicas como las huellas, las realidades nos tocan siempre a varios en el mismo instante aunque nos diferencien las reacciones, tanto así que tengo el privilegio de contar con un universo femenino bastante nutrido que me permite cada día iniciar y jamás concluir una historia, y debo dejar constancia expresa que es lo único que me permito dejar sin conclusión… “la historia”.

Los invito a confiar en la capacidad de mi tecla pues estamos tan modernos que muy pocos utilizan la pluma, atrévase a protagonizar con su opinión, con su experiencia y con su reflexión cada capítulo.

Ah… ¿por qué el título? Porque no hay nada más complejo, más denso, más infinito que EL UNIVERSO DE LA FEMINIDAD… usted a cada instante, aun sin darse cuenta, se sumerge en el juicio de una fémina, en la expresión del lado femenino de un hombre o del lado masculino de una mujer o peor aún, en las expresiones de una mujer cuya composición y receta implica extra de hormonas y en las vivencias que involucran a una ciudad que también goza de ése género “el femenino”, Todos absolutamente todos hemos protagonizado una “crónica femenina”.

“la felicidad es sólo cuestión de atreverse” Mónica Montañés.
Por N.D.
04143504189/cronicasfemeninas@gmail.com/twitter e Instagram: @cronicafemenina

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