Dios me agarre confesada después de publicar ésta crónica porque es altamente probable que el 80% de las féminas me odien por dejarlas al descubierto; pero, la transparencia es mi estandarte, “recuerden que soy un hombre encerrado en cuerpo de mujer” y mis lectores masculinos me han casi rogado que haga esta publicación a favor de los hombres, como escudo contra las feministas miembros de “las mujeres arrechas” de las que habla Luis Fernández en Sexo Sentido.
Es imposible enumerar en una finita lista las clases y tipos de mujeres sin pareja que existen aunque si las clasificamos por su opinión sobre los hombres: el 95% dicen que están en peligro de extinción y que ninguno sirve y sólo un 5% somos mujeres anormales que pensamos que los hombres son lo máximo aunque no sean perfectos.
Lo irónico es, que de ese 95% sólo cerca de un 15% son mujeres radicales y asexuales; es decir, si no tienen pareja formal no lo donan… pero ¿Qué ocurre con el otro 80% de las mujeres sin pareja? ¡Esas tramoyistas quedarán desenmascaradas en este instante!
Comencemos por el aspecto biológico, si los hombres no pueden biológicamente tener más de una semana sin sexo algo similar ocurre con las mujeres sólo que el período de abstinencia puede ser más prolongado. Una mujer puede estar tranquila y biológicamente sin sexo 3 meses, puede igualmente durar hasta 6 meses sin estar con nadie cuando es una fémina adicta al trabajo y no ha conocido a un tipo al que le provoque dárselo e incluso puede lograr hasta 11 meses o un año si se autosatisface con regularidad y es una mujer muy ortodoxa o muy conciente de que masturbación mata desconocido.
Ahora bien, las mujeres en su mayoría portan el mal de la frágil autoestima, basta con que algún pajuo le diga “gorda” para que le fulmine el amor propio, le joda la autoimagen que tiene y psicológicamente necesite entregarle su cosita al primero que le pele el diente… esta es la razón psicológica por la cual la hembra sin pareja decide aparearse.
Y por último, la razón sexo-emocional que resulta el argumento que utilizan las mujeres más decididas para justificar que aunque no son la pareja formal del macho, éste es el que les da en la madre y por eso se lo dan… en el hotel, en su casa, en casa de la familia, en el carro y donde les provoque.
Independientemente de la razón que tengan la verdad es que, todas sin excepción tienen un A…E…O… y ustedes mis queridísimos hombrecitos se preguntarán que es eso ¿?
Es un “Amante Exclusivo Ocasional”, el homo sapiens que se tiran las mujeres sin relación de pareja, el tipo que por biología, psicología, simple sexo o emociones se raspan de vez en cuando… aja… no se imaginaban que las mujeres fueran tan hijo e madres… pues si lo son y como siempre la historia de rigor:
Macarena una mujer soltera desde hace 5 meses y comenzando a trotar sus 32 primaveras estaba recién mudada a un vecindario privado donde en medio del trasteo (mudanza) recibió la visita de las típicas vecinas; quienes le ayudaron, mientras le espiaban la casa, los muebles, la nevera, la raza del perro y todo lo demás…
Al cabo de unas horas eran ya las “íntimas” de Macarena y el fin de semana siguiente la invitaron a salir en señal de “bienvenida al club de las vecinas”
Cabe resaltar que de las 3 vecinas una era soltera, otra era separada pues nunca se matricidio y la última era divorciada. En fin, emprendieron la salida las 4 amigas fantásticas y entre copa y copa (mujer borracha miente y/o se confiesa) comenzaron ahondar el tema imposible de obviar… los hombres…
Y así transcurrió botella y media de vino con un par de tequilas cada una cuando la soltera dijo: “Vecis estar soltera es muy jodio esta escasez de hombres está muy arrecha” y Macarena inocente le pregunta: ¿pero para que quieres un hombre? Y ella responde: coño para tirármelo… tengo más de un año sin sexo… tú me dirás…
Y justo en ese momento la divorciada brincó diciendo ¡HIPÓCRITAAA! como vas a decir esa vaina… ninguna mujer dura más de un año sin sexo… puede durar con muuuchos ovarios 1 año pero no más, hasta las más puritanas tienen un A.E.O. el hombre que una se tira de vez en cuando pero que no puede ser cualquiera…
Y así, continuó la noche…
A los días me llegó el chisme y comencé mi investigación llegando a lo siguiente:
En realidad, el 80% de las mujeres solteras que entrevisté si tienen un A.E.O, ninguna quería reconocerlo en principio pero, la risa las delataba ¡Qué falsas! Todas me rogaron que no lo divulgara pero nunca se los prometí; además, les pregunté qué requisitos debe cumplir un A.E.O. y en síntesis dijeron:
1. indiscutiblemente, tiene que ser un hombre de reconocida discreción, incapaz de divulgar que ellas se lo “Dan” ocasionalmente
2. tiene que ser agradable y si es pana mejor, porque pueden hablar con él antes y después del coito
3. tiene que darles en la madre o corren el riesgo de ser destituidos o reemplazados; y,
4. debe ser un tipo claro y conciente de que es un A.E.O.; es decir, no puede celar ni enamorarse de la mujer que lo utiliza pero; por otro lado, mis hombrecillos no tienen de que preocuparse porque la mujer en cuestión es exclusiva con el hombre elegido en calidad de A.E.O… las mujeres sin pareja son amantes discretas de un A.E.O pero sólo de uno… si tienes más de uno eres golosa o astrológicamente puta. ¡tú eliges!
Para terminar, debo decirles mis masculinos lectores que cuando una mujer diga con voz de princesa y cara de “gato con botas” en la película Shrek “tengo más de un año sin estar con nadie” enciendan el censor y declárenlas mentirosas… cualquier lapso menor que ese es creíble.
Y no las juzguen por ello, la mujer se preocupa en exceso por las opiniones externas y los patrones socio culturales dejando en resabio lo que les gusta y lo que quieren, quizás por ello muy pocas alcanzamos la felicidad con nosotras mismas.
UNA, OTRA Y OTRA VEZ CON EL AMOR PROPIO TEMBLANDO, CON LA FIERA SUELTA Y LAS GANAS DE CAZAR, ME ENTREGO… Y DESNUDA TE ATACO, TE UTILIZO, TE ABSORBO HASTA SACIARME… LUEGO AL TIEMPO QUEDO VACÍA DE NUEVO Y TE BUSCO… ENCUENTRO CLANDESTINO, CÍRCULO VICIOSO QUE ME ENVUELVE Y EXHALTA MI COBARDÍA.
Con el Alma N.D.
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